El emprendimiento en el Perú: Muchas empresas y poca innovación

 

Perú, y en general América Latina, se caracteriza por el fuerte deseo y materialización del emprendimiento. Basta darnos una vuelta por cualquier calle o actualizar el muro de Facebook para darnos cuenta de la cantidad de personas que nos vende algo. Es imposible, a su vez, no tener un amigo o conocido desarrollando un emprendimiento o no ser uno mismo el que quizás se encuentre en medio de uno. El porcentaje de emprendedores en el país es altísimo y, de acuerdo al índice de Actividad Emprendedora Temprana (TEA), nos ubicamos en el tercer lugar a nivel mundial como uno de los países con la mayor cantidad de “emprendimiento en fase temprana”, lo cual nos habla de que 1 de 4 peruanos ha puesto en marcha un negocio, dato espectacular de no ser porque, según ese mismo informe, también nos encontramos en una de las posiciones más rezagadas en cuanto a emprendimientos establecidos… la gran mayoría no superan los 3 o 5 años de funcionamiento.

Aunque existen gran cantidad de emprendimientos y, como consecuencia, trabajadores independientes, muy pocos de estos emprendedores llegan alguna vez a contratar un trabajador. Pensemos en el vecino que abre una bodega, la amiga que se dedica a traer ropa importada y revenderla o en el conocido con su propia cafetería. Muchos siguen siendo muy pequeños incluso tras décadas de operación y en casi todos los casos, lo que tienen son empresas “commodities,” es decir, con apenas diferenciación o especialización que las distinga de otras, estando por tanto, la gran mayoría destinadas a desaparecer con el tiempo, lo cual nos lleva a reflexionar sobre cuán importante resulta aquí el tema de la innovación. Pero este problema de “falta de innovación” no se centraría solo en las empresas incipientes. De hecho, ni siquiera las grandes corporaciones multinacionales llegan a innovar lo suficiente. Perú se encuentra actualmente en el puesto 76 de países más innovadores a nivel mundial según Statista y Chile, el más innovador de la región, a duras penas logra el 54, encontrándonos bastante rezagados.

Si bien el futuro del país depende de alcanzar un mayor número de emprendedores transformacionales que el que tenemos en la actualidad, ese sueño aún es difícil de materializar con tan solo desearlo. La realidad es que aún existe temor hacia la innovación. Se desconoce bien cómo implementarla, así como sus procesos más adecuados, que por lo general requieren un cambio de mentalidad y una actitud más abierta al riesgo, y para que eso ocurra, hay que tener tanto la formación adecuada, con estudios de calidad, así como un ecosistema fuerte que permita que estas empresas lleguen a ser motores locales con vocación internacional. Todo esto, respaldado por un mayor gasto proveniente del apoyo tanto del sector público como del privado, lo cual, esperemos, poco a poco, cambie. Nuestro ecosistema debe mutar y reinventarse.

¿Qué SÍ es innovación?

-        Desarrollar productos y servicios relevantes para nuestros públicos objetivos y centrados en sus necesidades actuales, fortaleciendo nuestra propuesta de valor.

-        Mejorar procesos y apostar por la mejora continua.

-        Tener presente la omnicanalidad.

-        Una cultura interna horizontal en donde cada trabajador esté empoderado y sume valor al cliente.

¿Qué NO es innovación?

-        Decir que somos innovadores.

-        Unas oficinas muy modernas con frases acerca de innovación en las paredes.

-        Contratar muchos especialistas en innovación… pero ponerlos a trabajar bajo las estructuras tradicionales de siempre.

-        Tener muchas ideas y no poner en práctica ninguna de ellas.

INNOVACIÓN NO ES LO QUE DICES QUE HACES, SI NO LO QUE EFECTIVAMENTE HACES.  


Saludos y hasta la próxima entrada ;)

MC

 

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